Tristeza

  

 

Hoy siento el frío de la tristeza.

 

El ocaso inusual del vacío se hace doliente con la lejanía de tu sonrisa ausente.

 

Los espacios sin sentido se aglomeran saturándome las vivencias en donde hubo esperanzas de almas conectadas, ¿recuerdas el siempre encuentro de nuestras pupilas en los parques de nosotros? Producía un sentido de magia intensa que emocionaba a mi corazón que palpitaba con más prisa, como si el desatino del destino errático capturado de envidia, adelantara el tiempo tergiversado para ahogarme en la nostalgia que duele, hiere, mata y no se muere.

 

Hoy, taciturno, envolviéndome en rabia y ocultando mis alas, camino con tu nombre en mi memoria gastada, adormecido en la imprudencia de no buscar olvido, aunque eso me produzca un inmenso dolor; tan solo quiero un poco de esa paz de tus besos y de tu grato amor para cuando este muriendo en serio, entonces, por un momento volvería a ser feliz y mis ojos cerrados se irían con tu bendita imagen.

 

     - Mi adorada hermosa...

 

     - La hija de Dios...

 

     - Mi perpetuo Amor.

 

Autor: Raúl Silverio Carbajal

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