Ellos
se habían amado con ese ímpetu de desvelo desenfrenado de nocturnos en
diurnos ahora distantes. Sus conocimientos extraviados los habían hecho
lejanos el uno con el otro, el varón y la dama, ahora eran
irreconocibles en su sabiduría de ocultismo en su psique por individual.
El varón y la dama tomaron rumbos diferentes, opuestos a su estado, e inconsciente esperaban al tiempo sabio.
¿Qué había ocurrido?
Los días los habían atropellado en sus menesteres de sol y luces absurdas y sin brillo, sus mentes oscuras habían sucumbido por ese mundo simulado en la sociedad corrupta que inunda las calles invisibles a los incautos.
Los ruidismos contaminantes con sus decibeles subliminales acompañados de imágenes facilistas, terminaron una misión de desvirtuación por causa.
El efecto luz había ganado y las urbes celebraban en su cotidiana y homicida mediocridad.
El varón y la dama tomaron rumbos diferentes, opuestos a su estado, e inconsciente esperaban al tiempo sabio.
¿Qué había ocurrido?
Los días los habían atropellado en sus menesteres de sol y luces absurdas y sin brillo, sus mentes oscuras habían sucumbido por ese mundo simulado en la sociedad corrupta que inunda las calles invisibles a los incautos.
Los ruidismos contaminantes con sus decibeles subliminales acompañados de imágenes facilistas, terminaron una misión de desvirtuación por causa.
El efecto luz había ganado y las urbes celebraban en su cotidiana y homicida mediocridad.
Autor: Raúl Silverio Carbajal
© Derechos Reservados
Imagen: google
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