Trecientos sesenta y cinco días de dolor en el silencio de las noches sin voz.
La ciudad de los Ángeles se oculta en el siniestro de las memorias de fuegos junto a maldiciones inútiles que pronto caerán.
El recinto del ático luce polvoriento en la niebla de imágenes dulces y extraviadas en sí mismas.
- Gabriel, aun estás aquí, hermoso y fiel, dulce y apacible en el inicio del final.
La ciudad de los Ángeles se oculta en el siniestro de las memorias de fuegos junto a maldiciones inútiles que pronto caerán.
El recinto del ático luce polvoriento en la niebla de imágenes dulces y extraviadas en sí mismas.
- Gabriel, aun estás aquí, hermoso y fiel, dulce y apacible en el inicio del final.
Autor: Raúl Silverio Carbajal
© Derechos Reservados
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