Los eclipses de las almas sin auras, logran cerrar el círculo hasta la próxima luna del siglo terciario, hasta la venida de la redención de las sombras en el umbral de lo perpetuo que buscan nuestros nombres, mi fémina hermosa.
El homicidio de la estela del imbécil que manipuló tus carnes y hostigó a tu corazón, será consumado en el vientre de su agonía y jamás nacerá, y la suerte será idéntica a sus similares.
El cielo aguarda los confines de la vasta idea que cobija el único amor de luz y nieblas que albergan nuestras vivencias pasadas a redimirse en la descendencia hermosa que poblará esta faz.
Te Amo mi Eterno Amor.
Eternamente tuyo.
Autor: Raúl Silverio Carbajal
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foto: google
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