Una
madrugada de hace once años, en uno de los huariques del centro de
lima, fue la primera vez que oí tu voz, entonces habia descubierto un
nuevo universo de sensaciones y colores para caminar en la niebla del
misterio de la noche.
Oír tu arte de cielo entre la penumbra y
niebla de hielo seco, acompañado de diminutos puntos luminosos de
arcoíris; fue la compañía a mis
pensamientos mientras bebía un poco de cerveza fría y absorbía un poco
de nicotina. Tus frases entonadas en lirismo se quedaron en los espacios
de las historias y de los verbos de romances desconocidos entre
siluetas móviles y espectros.
Luego de tu repertorio, se
desplegó un destello de luz blanca para inmortalizar en el vespertino
que dibujó a ambos en una fotografía que aún conservo.
Luego de once años, tu arte aún me seduce y me dice historias a descubrir.
Autor: Raúl Silverio Carbajal
© Derechos Reservados
foto: google
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