lunes, 23 de diciembre de 2013

Amiga Mía



El ondulante sonido de la música oscura cuando pasada es la una de la madrugada, me hizo recordarte en mi fantasía de cielo y de infierno carente de leteo.


Sin poder conciliar el sueño, en un diminuto vaso le agrego el dulce vino que adrede adorna mi habitación, fue a siniestra la acción, pues el manifiesto del romance aún lo conservo cuando más indiferente y lejana te encuentras, amiga mía.
Y otra vez, el vino sabe a tus labios suaves y cálidos, y tu nombre se hace oración y muero en mi propio espacio.

Simplemente hoy me acordé de ti, como cada noche, día, madrugada y temporales en lo atemporal para saber demás que deambulas en el interior de mi aura que se agobia en su propio silencio, para un sentido desarticulado y para abrazar un vacío con tus formas que un día fueron mías en la ternura de tu sapiencia y en mi razón que siempre sabe de tu crucial amor.


Ya pronto amanece y los bullicios se aglomeran en una porfía insulsa que no cambian absolutamente nada.

Autor: Raúl Silverio Carbajal
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foto: google

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