Escucho susurridos extraños a corta distancia, frases inasibles que no terminan de armarse cuando llegan a mis oídos y la interrogante inicia su sentencia.
La elegibilidad de las articulaciones y devaneo de simposio nocturno, vienen a ocultas hacia la atmósfera de mi alcoba en donde pululan tonos densos, acompasada de una voz frágil que congestiona mi artilugio corpóreo y tácito como RECUERDOS literales, anteponiéndose a mi amorío desde el hurto por justicia en una acción de PYGMALION y sueño infinito para culminar en EL SONIDO DE TU SILENCIO, silencio que golpea mis sienes cuando tu presencia se muestra ausente y mis ojos te buscan en el bullicio de personas que no me interesan. Sabes que aún te recuerdo, y tu recuerdo es verbo en los espacios de mi alma que dejaste quebrada en el fango de un destino que no quiero.
Te recuerdo y simplemente fenezco.
Las hojas caen en la noche, golpeadas por vientos y adornadas con escarchas húmedas y luces que mueren en el intento por existir en mis SUEÑOS INFINITOS que se amparan en una poesía oscura, convertida en tu nombre que pronuncio antes y luego del vino en mis labios.
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Foto: google
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* Post Data: Dedicado a mis amigos de la banda Sinfonia Nocturna, a la grácil Noelia (vocalista de Sinfonia) y al arte que nos obsequian. Las palabras en mayúscula en la narrativa Hojas Noche, corresponde a los títulos de las canciones de su primer disco llamado Pygmalion.
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