sábado, 19 de octubre de 2013

Acordes


 
 
Los acordes afloran producto de los tactos, el viento los recoge y lo almacena constante en la pulcritud de los sueños y de la tibia piel que dibuja la idea para alguna habitación cercana a las caminatas en la antigua urbe.

El terciopelo con sus formas, ha involucrado al ingenuo que observa cuando noche exploran los amantes en los cielos sin luna.

El oscuro de las noches asemeja a la habitación a solas.

La dama está tocando la melodía de un coro sin letras, y los cuervos se acercan.

Autor: Raúl Silverio Carbajal
© Derechos Reservados
foto: google

martes, 8 de octubre de 2013

El Romance y la Matrix


A las auras enamoradas en el amor genuino, no se les puede mentir ni enviar al extravío, estas saben encontrarse en los libres laberintos de la desidia engañosa y amable que ofrece el día a día los rostros ajenos y conocidos sobre vías que la gran mayoría conoce como realidad, lo cierto es que aquello que se conoce como realidad, es lo absurdo y tedioso que involucra todo un sistema articulado en las conciencias del ser humano que se ha convertido en un autómata sincronizado en la absoluta infelicidad marcada en patrones de sonrisas sensibles.

Los cuerpos o materias hacen de transito que albergan a las auras, el cual mediante, desglosan señales de libertad cuando los espacios se acortan para luego brillar en los ojos; y las auras, sinónimos de almas, se fusionan y utilizan sus cuerpos para amarse en los espacios vacíos que deja la matrix, pero es la matrix quien se encarga de adjuntarles distancia corpórea además de lumínica, amparándose en acciones pasadas o actuales que involucran compromisos superfluos y adrede con los estigmas de lo prohibido y del veneno de la sociedad furtiva y obligatoria en tareas delegadas para los pseudos entrometidos, o como yo les llamo, los nefastos.

Aún, en estas situaciones de existencia eh podido lograr el alcance del aura en su expresión hermosa frente a la hermosa que calma en el sin sentido de lo articulado, aunque aquello involucre salirme del sistema y orden que dicta la falsa virtud tan culpable como imbécil que acusa, y con todo el dolor e impotencia de mi corazón, he visto el alejamiento de la sonrisa genuina, y tal acción, duele y mata en una muerte sinónima de condena en el tiempo capturado. Eh visto el alejamiento de la hermosa, adsorbida por el sistema inútil a la felicidad real y literal. Puedo decir que soy un infeliz, un desgraciado infeliz que continúa con su mejor carta que no es otra cosa que mi aura. Yo, convertido en un individuo triste bajo la inmensa lluvia del odioso sistema de la matrix, un individuo solitario que camina por calles amparándome en creencias de fe orígenes cuando todo recién empezaba, y en mi estado puedo asegurar que no estoy derrotado, simplemente estoy despierto, envuelto en un cuerpo material que omite al tiempo, hasta lograr el destino que no es otra que simplemente tú, mi hermosa dama que lees estas líneas.

Autor: Raúl Silverio Carbajal
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Las Noches Sin Luna


 Abrázame, rodéame con tus brazos, expulsa la tibieza de tu cuerpo frágil y combina tu calor corporal con mi fría estadía.

Ámame un poco, solo un poco, diviértete y juega conmigo a morir en la distancia de los amantes, entonces, surgirá el deseo en el umbral de tu sitio fértil cuando todos duermen y nadie sabe.

Abrázame, rodéame con tus brazos y tus formas de mujer, abracémonos y congeniemos en un abrazo tibio para luego desearte otra vez junto a tu canto, y luego, aléjate, permite quedarme en la soledad de los días de tu fantasía y de la insensata realidad.

Se aproximan las noches sin luna, y solo te pido que me abraces, y dejes conmigo, un poco de tu ternura.

Autor: Raúl Silverio Carbajal
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Ojos Marrones


 Marrones, marrones, marrones, marrones... Sus ojos marrones, marrones, marrones, marrones...

Edil, caminaba despacio y contrariado bajo el inclemente sol del mediodía, no podía dejar de pensar y pronunciar en su mente el color de los ojos de Julia a quien después de varios años de lejanía se reencontraban en una conversación casual, intuitiva y adrede. Julia lucia algo diferente a la última vez que Él la vio y que fuera tantas veces como la primera vez, como aquellos días de atardeceres continuos, como aquel atardecer en particular de hace cuatro años en el mes de septiembre y  cercanos a bullicios se conocieron, entonces "Ella" lo había mirado fijo a los ojos, y el presenció el iris de sus ojos bien definidos en un tono marrón diferente y hermoso, combinada con toda ella, con el color de su piel, de su cabello, de sus armonías y de su voz; sin embargo ahora "Ella" estaba distraída  como existiendo en otro mundo mientras las palabras de ambos se almacenaban en las memorias y en sus bocas. Edil, buscaba sus ojos con los suyos, una y otra vez, repasaba cada movimiento de Julia y le perturbaba los reflejos del sol en los vidrios y objetos en la habitación que hacía de sala de visitas. El tiempo se fue agotando y tuvieron que despedirse, no sin antes quedar volverse a ver en unos cuantos días, pero las diferencias había hecho una muesca inasible en su vivencia.

Edil, echó a andar en el camino de tierra polvorienta y de piedras que lo llevaban hacia el asfalto oscurecido.

Edil, soltaba una oración de silabas en su mente que dibujaba líneas de canelas y almendras con aroma fértiles en su vaivén de prosas.

Marrones, marrones, marrones, marrones... Sus ojos marrones, marrones, marrones, marrones...

Sobre el tejado de una de las casuchas cercanas, se asoma inmóvil la figura de una gárgola de piedra que sonríe con una mueca carente de sonido mientras observa alejarse a Edil.
Autor: Raúl Silverio Carbajal
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Fémina de las Danzas


Fémina de las danzas que expulsan corazones consagrados en el credo antiguo, estas líneas son para ti.

Los movimientos de serpientes se dibujan en la leda de tus brazos, en las curvas de tus armonías y en el rictus de tus labios pintados con tenue carmín aromático que me seducen, junto al sinónimo de los sonidos de cuerdas y espacios diminutos de los ecos.

La poesía de tu historia me cautiva, esa historia que sutilmente cuentas y que pocos entienden, entonces, quiero ser parte de la historia que escribes en tus días, lejos de la distancia que guardas para reencontrarme en el infinito de tus ojos que alguna vez se refugiaron en los míos.

Fémina de las danzas, cuenta uan nueva historia en donde seamos el horizonte, yo seré el eco de tus intenciones y el vespertino en tus noches.

Autor: Raúl Silverio Carbajal
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Verona


Verona se deleita con el tibio purpura en el vidrio.

La caza a comenzado, el brindis está dispuesto para el gris del día, mientras las nubes ocultan al sol. El desgraciado fenecido no alcanzará la eternidad, tan solo fue alimento momentáneo de placer vano, casual, de sonrisas y espacios de lujuria animal tan igual como la insensible humanidad.

Verona sonríe, plácida y hembra, propia de un capricho inmortal.
 
Autor: Raúl Silverio Carbajal
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Consciente



Las manecillas del viejo reloj que yace colgado en una de las paredes de mi habitación color gris, suenan monótono con sus chasquidos iguales que a los anteriores segundos. El viejo reloj ya marca pasada la medianoche y se inicia el sueño invertido, y, tan solo atino a observar tu presencia con mis pensamientos a voluntad consciente mientras la materia se hace inmóvil.

Las frases en pensamiento son unísono que buscan tu paz:

Arráncame la piel que una vez acariciaste con ternura.
Arráncame el aroma que alguna vez se quedara en tu piel y en tu olfato.
Arráncame los sueños para contigo que una vez fui confeso ante tu faz de canela hermosa.
Arránca de mis labios el sabor de tus besos y de mis oídos tus arrullos satisfechos.
Arráncame  los sentidos y se mi homicida, tal vez de esta manera, por fin pueda ser feliz.

Autor: Raúl Silverio Carbajal
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