Rael
quedo contemplando el horizonte. El estío se había hecho invierno, las
huellas pares estaban ocultas bajo los diminutos granos de arena y la
noción aguardaba desapercibida en lejanos recuerdos como noches de los
génesis de incautos ahora sin memorias.
El aroma de la dama aún perfumaba su estado núbil junto al sonido de voces y risas que se juntaron en esos parajes desolados y de caminatas extensas bajo un sol inclemente e historias pintándose en cada paso de aquella existencia de colores nocturnos con amaneceres que hacían una simbología hermosa para el romance ahora sin destino, sin luces, sin luna y sin sol.
El aroma de la dama aún perfumaba su estado núbil junto al sonido de voces y risas que se juntaron en esos parajes desolados y de caminatas extensas bajo un sol inclemente e historias pintándose en cada paso de aquella existencia de colores nocturnos con amaneceres que hacían una simbología hermosa para el romance ahora sin destino, sin luces, sin luna y sin sol.
Autor: Raúl Silverio Carbajal
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Imagen: google
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