Alguna mañana.
Alguna tarde.
Alguna noche.
Alguna madrugada.
Siempre con tu nombre y las sensaciones que me dedicaste en cada momento de nuestro tiempo furtivo.
Alguna promesa en silencio se guarda en la memoria y en la lejanía del tiempo que no sabe del olvido. Las distancias múltiples, te nombran en cada detalle de tu aroma y de tus formas de fémina siempre mía y ahora en las cercanías del mar.
El arrullo de las olas, recitan la oración de aquellos días. Un manto de nocturno cubre los firmamentos y nuestras formas.
Autor: Raúl Silverio Carbajal
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foto: google
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