Príncipe Valerius.
La noche amortigua por un instante tus dudas, la intención fue el preludio de la maldición que detestas y ella se ha hecho dueña de tu interior.
El proyectil de plata no llegó a la bestia y tú lo asumiste con la injusticia de un destino sin dios que persiste en tu ira.
Hoy eres el cautivo en las sombras, libre en los muros sin frontera de un conocimiento oculto que violenta tus principios de luz.
El tiempo se acorta y la luna expone el frenesí de un poder homicida que no es el tuyo.
El oculto persiste en la acción ególatra para su estirpe multiplicada en los confines de los cielos y la tierra mientras tu hermana Anna se aproxima en los designios de tu fe.
Velkan, príncipe de tu pueblo, pronto será el desenlace de la luz y de las sombras. No pierdas la esperanza del cielo que no fenece en la absoluta oscuridad.
La noche amortigua por un instante tus dudas, la intención fue el preludio de la maldición que detestas y ella se ha hecho dueña de tu interior.
El proyectil de plata no llegó a la bestia y tú lo asumiste con la injusticia de un destino sin dios que persiste en tu ira.
Hoy eres el cautivo en las sombras, libre en los muros sin frontera de un conocimiento oculto que violenta tus principios de luz.
El tiempo se acorta y la luna expone el frenesí de un poder homicida que no es el tuyo.
El oculto persiste en la acción ególatra para su estirpe multiplicada en los confines de los cielos y la tierra mientras tu hermana Anna se aproxima en los designios de tu fe.
Velkan, príncipe de tu pueblo, pronto será el desenlace de la luz y de las sombras. No pierdas la esperanza del cielo que no fenece en la absoluta oscuridad.
Autor: Raúl Silverio Carbajal
© Derechos Reservados
foto: google
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